Con vuestro permiso voy a ponerme
serio si es que hablar de comida alguna vez fue frívolo. Desde este rincón de la red quiero difundir y apoyar el programa
DESAFIO CRECE que ha lanzado Intermon-Oxfam. Consiste en una iniciativa para modificar nuestras
acciones con los alimentos que supone una
apuesta por la sostenibilidad en un planeta en el que millones de
personas pasan hambre.
Se trataría de poner en práctica
el consabido lema piensa globalmente y actúa localmente de manera que pequeñas acciones
cotidianas en nuestra cocina sirvan para
equilibrar el actual sistema mundial de alimentación, tan desigual y tan
injusto.
La campaña se centra en cuatro
tipos de acciones que me gustaría compartir con vosotros/as:
a) AHORRAR
COMIDA: consiste en planificar y reutilizar para no desperdiciar. Un tercio de
lo que compramos se tira… Proponen varias iniciativas entre las que podemos
destacar las de llevarnos la comida sobrante del restaurante (¡fuera vergüenza y convencionalismos!) o elaborar listas
de la compra inteligentes que
encontraréis en el link al final de este enlace. Si nos sobran “retales” de alimentos en la nevera podemos elaborar bocatas o sopas, sería
interesante poder compartir en este blog diferentes ideas de cómo aprovechas
esas sobras que de otra manera se echarían a perder.
b) CONSUMIR
ALIMENTOS DE TEMPORADA: el gazpacho es para el verano, la naranja para el invierno y las castañas en
otoño. Comprando productos de temporada
contribuimos a reducir el consumo energético. A esto hay que añadir la
necesidad de comprar productos de la zona o región; en conclusión que el mejor sitio para comprar es el mercado tradicional o cooperativas agrarias, donde por un
poco más favorecemos al pequeño productor,
disminuimos emisiones del transporte y
consumimos productos de primerísima calidad. Si investigáis seguro que tenéis
un mercado cerca que os está esperando… Sobra decir que los productos de Comercio Justo, aunque de origen
lejano, son una excelente opción de compra responsable
c) CONSUMIR
MENOS CARNE Y LÁCTEOS: son necesarias grandes cantidades de recursos naturales
para generar los productos cárnicos por lo que con solo evitar su consumo una vez a la semana se reduce el impacto ambiental que supone la cría de
animales. Los lácteos se pueden sustituir: aceite de oliva en vez de mantequilla
o granizado en vez de helado o yogurt.
d) COCINAR
CON RESPONSABILIDAD: evitar cocciones o frituras prolongadas que consumen gran
cantidad de energía a la vez que repercuten en la calidad de los nutrientes de
los alimentos. Consumir sopas frías
(gazpacho, vichisoysse, sopa de tomate, ajoblanco…) que no requieran cocinado. Muchas verduras pueden ser consumidas
crudas o semicrudas; zanahoria, cebolla, pimiento, brócoli, judías verdes…
y aportan sabores originales a los platos. Por supuesto el ahorro de agua
mientras cocinamos también es muy importante; lavar los alimentos en
recipientes y siempre que sea posible cerrar las ollas durante la cocción. Es
interesante también aprovechar el calor residual que se desprende una vez
apagados los fogones para terminar de cocinar los alimentos.
Espero que estas recomendaciones
nos puedan servir para disfrutar de la
comida, sabiendo que disfrutamos todos de la comida, consumiendo menos
energía y comprando con cabeza. Son solo pequeñas acciones que sin embargo
consiguen grandes resultados. Espero poder enriquecer esta entrada, y la
iniciativa, con vuestras aportaciones…
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