La calabaza o cucurbita; una puerta al más allá... |
La familiaridad mexicana entre la muerte y la vida se hace patente con la infinidad de motes que posee allí La de la Guadaña; la llaman al más puro estilo mexicano como Chingada., Cargona o Pelleja, en un sentido cómico Cabezona, Patas de Catre y hasta La Flaca. Pero La Democrática, en la órbita de los poemas provenzales del medioevo, es la denominación que me parece más hilarante y genuina . Todos estos nombres sirven como remedios que rebajan la angustia y enlazan las dos dimensiones, costumbrismo y muerte, en un contexto cotidiano donde los platillos son imprescindibles.
Volviendo a los altares, en ellos podemos encontrar bastantes elementos gastronómicos que podrían ocupar una entrada en este blog (y probablemente lo hagan); el pan de muerto, mole, calaveras de azúcar o dulces de calabaza. Todos ellos tienen una importante densidad simbólica y espiritual de manera que sirven de puente entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Altar del Día de Muertos; viandas, platillos y tamales para el difunto... |
El triunfo de la muerte, por Brueghel "el viejo" (detalle). |
En nuestra cultura somos mas sobrios con estas cosas, no obstante cocinamos algunos alimentos que relacionamos con esta festividad que, por salud mental, solo dura uno o dos días al año. Dejando aparte la utilidad ornamental anglosajona harto conocida por todos, la calabaza (Cucurbita pepo L.) es un fruto de otoño que nos puede deparar no pocas sorpresas en la cocina. Su origen se sitúa precisamente en el México prehispano. Hoy es un producto humilde y bastante denostado, un fruto considerado de segunda categoría (a 0'99 euros/quilo la he visto en el mercado). No obstante sus posibilidades gastronómicas no son pocas, ahí van algunas:
- La crema de calabaza tiene un gran poder nutricional, un sabor ligeramente dulce y un color interesante. Con cocer, salar y triturar es suficiente.
- Por otro lado la calabaza cocida en dados grandes con un toque de plancha es un excelente acompañamiento para platos de carne y sustituye a la perfección a la zanahoria en purés de verdura o similares.
- Las calabazas verdosas puestas a fuego lento al 50% de azúcar se convierten en un cabello de ángel estupendo.
- Podemos elaborar tortitas de calabaza como un subgénero de las conocidas crêpes.
Aunque en Europa no solemos llegar a la excentricidad mexicana nuestros alimentos de otoño con frecuencia tienen reminiscencias transcendentes que nos abren la puerta del misterio; huesos de santo, panellets y, aunque solo sea para hacerles unos ojos y boca fantasmagóricos, las entrañables calabazas. Y para quien no le gusten las cucurbitas queda la inabarcable y ecléctica cocina de Halloween...
Fuentes consultadas:
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