Del trigal a la mesa. |
- 10 g de
levadura prensada
- 10 g de sal
- 500 g de harina de fuerza
- 275 ml (aprox.) de agua a temperatura ambiente
- 30 g de
aceite
El relleno consiste en mezclar los siguientes ingredientes picaditos y sin
hueso:
- 40 g de
avellanas de Reus
- 70 g de
olivas/aceitunas verdes
- 70 g de
olivas/aceitunas negras
Hierbas de Provenza mezcladas en aceite para pintar el pan una vez salido
del horno
Para el cocinado del pan con olivas y avellanas he procedido de la
siguiente manera.
a)
Mezclar los
ingredientes del relleno.
b) Amasar en el
siguiente orden: harina, sal y aceite. Añadir el agua poco a poco y finalmente,
sin dejar de amasar añadir la levadura y el relleno.
c) 1º
fermentación de la masa en frío: 12-24 horas en un bol tapado con un trapo
húmedo y envuelto en film.
Damos forma
al pan y colocamos sobre el papel vegetal y a su vez sobre la bandeja de horno.
d) 2º
fermentación a temperatura ambiente: 1 hora tapada con un trapo húmedo.
Precalentamos el horno a 220 grados (recordad: ahora empieza el momento sauna)
e) Horneamos 30
minutos (aprox) hasta que la corteza se tueste. Al sacar, opcionalmente,
podemos pintar el pan con aceite de hierbas provenzales, que le queda muy bien
a este pan tan campestre.Dejamos
enfriar 2 horas antes de consumir.
...y de la mesa a la boca. |
Este es un pan que se puede consumir así sin más, como comida de tontos, ya que los aromas ácidos de las aceitunas y los tropezones de avellana
ya son de por sí gastronómicamente entretenidos. No obstante no pienso que sea mala idea acompañarlo con
paté, butifarra o simplemente tostado
con tomate restregado (¿existirá este
verbo?) no untado y aceite de oliva.
En fin, queridos gastrópicos, aquí os dejo este mendruguillo que os sabrá a gloria si tenéis lo que hay que tener; ímpetu
panadero y resistencia al calor, por supuesto.
Bon profit!
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